HISTORIA DE MARÍA LUCÍA

La marca de la Trayectoria.

Miguel V. Ferrero
Pedro M. Ferrero
Alejandro M. P. Ferrero
Juana I. Ferrero

Nuestra historia se inicia en 1885, cuando llega al país Don Alejandro Ferrero junto a su esposa, María Lucía Seraccio. Dos años, después fruto de este matrimonio, nace Miguel Vicente Ferrero, a quién el destino le tenía reservada una gran responsabilidad. Con muy corta edad, apenas 14 años, por el fallecimiento de su padre, debe hacerse cargo de la producción familiar iniciada en 1893 en la zona de Leones, provincia de Córdoba.

Años más tarde, Don Miguel, ya casado con Margarita Peireti, había incrementado la primitiva superficie de 370 hectáreas, en 500 más y cuando corría el año 1921 con la compra de unos pocos reproductores de la raza Shorthorn, pone en marcha una Cabaña que, honrando a su madre, llamó: María Lucía implantando así una semilla, soñando con un futuro venturoso.

En el año 1937 María Lucía realiza su primer remate anual y concurre a varias exposiciones, donde podemos destacar el éxito obtenido durante la década del 40 en Sociedad Rural de Rosario. También los remates se fueron afianzados con clientes de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y San Luis. En los años 50 concurre a la Exposición de Palermo, haciéndolo en forma ininterrumpida hasta la actualidad, obteniendo numerosos grandes campeones.

En la década del 60, Don Miguel transfiere la conducción de María Lucía a sus hijos, formando estos una sociedad de hermanos denominada Cabaña María Lucía de Ferrero S.C.A, incorporando la raza Polled Hereford, y dedicándose a la actividad agrícola-ganadera.

En el año 2004, luego de una escisión familiar, Pedro Ferrero toma la propiedad del plantel de la cabaña y forma la sociedad Pedro y Alejandro Ferrero S.C., dedicada a la actividad cabaña-agricultura.

Hoy, nosotros somos herederos de ese futuro soñado y por ello nunca abandonamos la idea de crecimiento. Energizados por el calor de nuestra pasión por la ganadería, seguimos trabajando en el mejoramiento genético de nuestros ejemplares para que cada año nuestra casa se convierta en un verdadero desfile de oportunidades para el ganadero argentino, ofreciendo calidad garantizada en cada una de las razas que hoy María Lucía produce: Shorthorn, Polled Hereford y Angus.

La historia de María Lucía, desde su inicio, estuvo emparentada con el trabajo de la tierra, ocupando la agricultura un lugar importante en la empresa. Nuestro manejo agrícola, permitió un convenio con un semillero importante, incorporando a María Lucía como “Campo Líder” para la evaluación de híbridos, variedades y manejo de los cultivos.

Desde aquel momento de 1921, en el que Don Miguel puso su mirada sobre estas tierras, pasaron sequías, inundaciones y distintos gobiernos. Ninguno de estos factores altero la convicción y el sentimiento para continuar con el sueño y el legado de nuestro fundador.